El efecto de Nicolás Maduro y su régimen en

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diciembre 1, 2025

Latinoamérica y sus repercusiones en Honduras y Chile.

Dr. Gustavo Duque Largo

Abog. Master en Relaciones Internacionales

a figura de Nicolás Maduro representa, para muchos en la región, varias

cosas:

En primer lugar tenemos la continuación del «Socialismo del Siglo XXI»:

Heredada de Hugo Chávez, Maduro simboliza un modelo de gobierno estatista, con controles

económicos, expropiaciones y un fuerte discurso antiimperialista (principalmente contra EE.UU.).De

igual manera se presenta la Crisis Humanitaria Compleja, la cual se presenta bajo su mandato,

donde Venezuela ha experimentado una profunda recesión económica, hiperinflación, escasez

masiva y un éxodo migratorio sin precedentes (más de 7 millones de personas), lo que ha convertido

al país en un ejemplo de lo que no se debe hacer para muchos gobiernos y ciudadanos.

Otro punto muy importante es la Polarización Política, ya que Maduro es profundamente divisivo,

donde para sus aliados, es un luchador contra el imperialismo, pero para sus críticos, es un dictador

que ha erosionado la democracia y los derechos humanos. Esta dualidad hace que su «efecto» no

sea homogéneo, sino que actúe como un catalizador o un elemento de referencia en los debates

políticos internos de otros países.

Repercusiones en Honduras

Durante el gobierno de Xiomara Castro (2022 – presente), la relación con Maduro ha tenido las

siguientes repercusiones:

1. Acercamiento Político e Ideológico: El gobierno de Castro, perteneciente al partido Libre (de

tendencia izquierdista), restableció relaciones diplomáticas con el gobierno de Maduro, las cuales

habían sido suspendidas bajo el gobierno anterior de Juan Orlando Hernández (aliado de EE.UU.).

Este movimiento fue visto como un símbolo de soberanía y un giro a la izquierda en la política

exterior hondureña, alineándose con otros gobiernos progresistas de la región como México,

Argentina (en ese momento) y Colombia.

2. Impacto a Través de la Migración Venezolana: Honduras se ha convertido en un país de tránsito

crucial para los migrantes venezolanos que intentan llegar a Norteamérica. Esto ha generado una

carga para los servicios sociales hondureños y ha puesto el tema migratorio en el centro de la

agenda, mostrando las consecuencias regionales de la crisis venezolana. El gobierno hondureño ha

tenido que gestionar este flujo, a veces en coordinación con organismos internacionales.

3. Uso en el Debate Político Interno: La oposición política y los sectores conservadores en Honduras

utilizaron el ejemplo de Venezuela bajo Maduro como una advertencia contra las políticas de Castro,

lo que repercutió en el triunfo de SalvadorNasralla, ya que las medidas de Castro se percibieron

como estatista o de control económico hasta llegar a ser comparada con el «modelo venezolano»

por sus críticos.bEsto crea un freno político e ideológico, forzando al gobierno de Castro a moderar

sus propuestas para no ser etiquetado de «madurista», aunque los hondureños no se lo creyeron.

En resumen para Honduras: La influencia de Honduras fue más política y simbólica. Por un lado,

permitió a Honduras alinearse con un bloque regional progresista. Por otro, sirvió como un»espantapájaros» político para la oposición y un recordatorio constante de los riesgos de las crisis

económicas y migratorias.

Repercusiones en Chile

En el caso de Chile es diferente, aunque con efectos similares ya que la influencia de Maduro se

sintió principalmente a través de dos vías: la migración y el intenso debate constitucional.

En cuanto al Impacto Directo de la Migración Masiva, Chile ha recibido una de las mayores

poblaciones de migrantes venezolanos per cápita del mundo (más de 400.000 según estimaciones).

Esto ha tenido un impacto social y económico profundo, tanto positivo como negativo. Dentro de

los aspectos positivos está la llegada de mano de obra calificada (profesionales y técnicos) y gente

joven con ansias de trabajar honradamente.

Muentras que en cuanto a los aspectos negativos, se presenta la presión sobre los sistemas de salud,

vivienda y educación la cual ha alimentado discursos xenófobos y ha sido un catalizador del malestar

social, contribuyendo indirectamente al debate sobre la necesidad de una mayor regulación

migratoria.

De igual ma era, en Chile se presentó la Influencia en el Proceso Constituyente y el Debate Político,

donde el «efecto Maduro» o el «fantasma de Venezuela» fue central y decisivo en el rechazo a la

primera propuesta de nueva constitución en 2022, lo que aprovechó la oposición de centroderecha

y sectores moderados para compararla con Venezuela para argumentar que el texto propuesto (con

su fuerte énfasis en derechos sociales, plurinacionalidad y un estado más intervencionista) podía

llevar a Chile por un camino similar al de la «constitución bolivariana» de Chávez, que, según ellos,

allanó el camino para la crisis actual.

Este miedo a «convertirse en Venezuela» fue una herramienta de campaña extremadamente

efectiva para el «Rechazo» da do como resultado un avasallador a favor de la derecha chilena.

Por otro lado tenemos la relación Gubernamental Bipolar, donde el gobierno del presidente Gabriel

Boric ha mantenido una postura crítica hacia el gobierno de Maduro, denunciando las violaciones a

los derechos humanos y la falta de democracia. Sin embargo, forma parte de un bloque regional

(como el Grupo de Puebla) donde coexisten con gobiernos que sí apoyan a Maduro. Esto lo sitúa en

una posición incómoda, teniendo que equilibrar su compromiso con los derechos humanos y su

pertenencia a una izquierda regional diversa.

En resumen para Chile: La repercusión de Maduro es más socioeconómica (a través de la migración)

y política-ideológica. El ejemplo de Venezuela se utilizó como un arma retórica poderosa que

moldeó el resultado del plebiscito constitucional más importante en décadas y en las elecciones

presidenciales, demostrando cómo el «modelo Maduro» actúa como un poderoso referente

negativo en el imaginario político chileno.

Podemos concluir que el «efecto Maduro» en Latinoamérica no es tanto una influencia directa de

poder, sino un espejo en el que la región se mira, donde para la izquierda, es un recordatorio de la

hostilidad del actual gobierno de EE.UU. frente a los gobiernos o regímenes de izquierda y de los

desafíos de mantener la unidad, mientras que para la derecha y el centro, es la encarnación de los

riesgos del populismo, el autoritarismo y el colapso económico.

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